Ma. Fernanda Arcos Muñoz y David Medina Morales

Santiago de Chile
32 y 34 años de edad.

Soy muy trabajadora. Lo hago desde los doce años de edad, no por necesidad, sino porque me gusta trabajar, estar ocupada. Mi esposo y yo somos deportistas; he sido campeona nacional de triatlón y duatlón durante cuatro años consecutivos, pero con el bolsillo enfermo. En octubre de 2006 mi esposo se quedó sin trabajo y nos dedicamos a competir por el país. Era imposible vivir de las competencias, y eso que me iba bastante bien, era una de las personas que más dinero ganaba corriendo, pero no alcanzaba, y menos alcanzó cuando mi esposo se quedó sin trabajo; entonces, desesperada, empecé a buscar quién pudiera ayudarme y llamé a mis compañeros para que me dieran trabajo: conseguí dar clases de spining en cuatro gimnasios diferentes y entrenaba a una persona a nivel particular. También leí un aviso en el diario y me presenté a la entrevista; cuando vi de qué era la empresa, llamé a mi esposo, quien estaba esperándome abajo, y le dije “sube, sube, es una charla, sube para que veamos de lo que se trata”. Él estaba muy malhumorado porque tenía una gran depresión; recuerdo que mientras Irma Ruíz daba la plática, en todo momento él susurraba “oye, mira cómo mienten”; y yo le decía, “cállate David, déjame escuchar”. Y eso que yo era la que andaba buscando mi sexta actividad, y él no tenía ni un ingreso.

En ese momento contábamos con 20 mil pesos chilenos para terminar el mes (unos 38 dólares), y el kit costaba catorce mil pesos (alrededor de 26 dólares). “Estás loca o qué te pasa, ¿cómo vas a gastar catorce mil si tenemos 20 mil y recién estamos partiendo el mes?”; “lo voy a recuperar”, le dije a mi marido. Siempre he sido muy enfocada y voy por lo que quiero, y no descanso. Entonces probé el producto para entrenar, en el kit venía el Magnus, y fue un cambio rotundo. Luego se lo di a David, también para entrenar, y cuando llegamos a la casa me dijo “pásame el DVD ese que te regalaron”, “¿para qué?”, “para ver los productos, voy a salir a compartirlos con todos al tiro”, “bueno -le dije-, pensé que habías dicho que eran puras mentiras”; “esto funciona mejor de lo que tú me dijiste”, y salió a ofrecerle a todos nuestros amigos. El primer día él recuperó la plata del kit, ganamos unos 160 dólares.

Ahora, toda la gente que nos ve, que nos conoció desde que entramos, se ríe mucho porque mi esposo ha cambiado del cielo a la tierra, es otra persona, ¡pero en realidad yo recuperé al hombre con el que me casé! Cuando se quedó sin trabajo se hizo muy enojón, pero ahora él está más puesto con la camiseta, y eso es lo que me motiva a seguir también. Imagínense el cambio radical: en 22 días nos hicimos mayoristas sin darnos cuenta, y cuando surgió lo del Bono de Novato, lo busqué al tiro. Yo competía durante tres meses por todo Chile, incluso sábados y domingos, porque necesitábamos plata; corría en todo lo que fuera, y si ganaba me pagaban 600 mil pesos (como 1,100 dólares); con Omnilife, por quince días de compartir nos podíamos ganar 530 mil pesos (como mil dólares); es decir, ¡en 15 días voy a ganar lo que me ganaba en tres meses de sacrificio extenuante corriendo! Obvio, nos ganamos los mil dólares, y como fue tan fácil hacerlo, ahora le transmitimos a la gente con esa misma facilidad, porque estoy segura cómo se hace. En el rally de Chile, fue muy impactante para mí ver a la señora Nana; ella ganaba 80 mil pesos mensuales (160 dólares mensuales aproximadamente) y en el rally le entregaron el bono de novatos de mil dólares. Cuando subió al escenario se le doblaron las piernas, no lo podía creer, y eso es para mí lo más reconfortante que me ha dado la empresa.

Para que nuestro negocio funcione entregamos tres a cuatro productos diarios, invertimos en el centro de apoyo, en revistas, DVD, en todo lo que podamos para apoyar a la gente que está partiendo. No tenemos miedo, y sabemos que, no sé si por ser deportistas de toda la vida, para llegar a una meta alta tenemos que haber pasado por metas pequeñas, medianas; es decir, metas a corto, mediano y largo plazo; entonces, nunca aposté a que en dos meses me hacía millonaria; aquí es compartirle a la gente, y mientras más ayudas a otros, más se te devuelve el dinero. Yo soy deportista, obviamente había probado muchos productos alimenticios, muchas vitaminas, muchos complementos, ninguno que hiciera lo que hace Omnilife; esto es lo que me da la plena seguridad de ofrecerlos y de ver tantos testimonios de salud en mi familia. A todos los Empresarios, los que sean realmente de corazón Omnilife, salgan a compartir con la gente, mientras más personas nos escuchen, mejor, ya vendrá un sí.

YO RECUPERÉ AL HOMBRE con el que me casé y ambos disfrutamos de calificar al viaje a Atlantis 2009.